El especialista en temas contables y financieros Adrián Raguza nos explica porqué no se puede multiplicar la riqueza, tratando de dividirla.
Hace un tiempo, me enviaron para mi lectura un pensamiento clarificador que fue escrito por el Dr. Adrian Rogers y que reproduzco a continuación:
"No se puede establecer la libertad del pobre, sobre la base de dejar sin libertad al rico. Todo lo que una persona recibe sin haber trabajado para obtenerlo, otra persona deberá haber trabajado para ello, pero sin recibirlo. El gobierno no puede entregar nada a alguien, si antes no se lo ha quitado a alguna otra persona. Cuando la mitad de las personas llegan a la conclusión de que ellas no tienen que trabajar porque la otra mitad está obligada a hacerse cargo de ellas, y cuando esta otra mitad se convence de que no vale la pena trabajar porque alguien les quitará lo que han logrado con su esfuerzo, eso, mi querido amigo, es el fin de cualquier nación. No se puede multiplicar la riqueza dividiéndola".Dr. Adrian Rogers (1931-2005).
Hoy tenemos una estructura social, la cual por diversos factores, se encuentra dividida en dos grandes grupos. Uno de ellos y vale aclarar sin ser ese grupo de ciudadanos los culpables, que espera “sobrevivir” en forma no muy digna de las prebendas que le otorgue el Estado protector, y otro que de a poco, va trasladando sus capitales e inversiones, fuera de los límites de la nación ya que le resulta no beneficioso mantenerse produciendo en estas tierras.
Ante esto, socialmente, hay una concepción en la cual, el que genera riqueza, e invierte capital, debe tener una renta confiscada por el estado benefactor, el cual la repartirá (en migajas cada vez más pequeñas) al resto de la sociedad, que no trabaja, por falta de oportunidades generadas por ese mismo estado.
Así se genera este círculo vicioso, en el cual las inversiones se van, generando cada vez menos riqueza, habiendo cada vez menos para repartir, logrando en el corto plazo, una desintegración de la nación.
El denominado “modelo” conlleva a que cualquiera que pensaba invertir en el país, generar trabajo y por consiguiente una renta, no dude en no llevar adelante dicha travesía.
Si no hay políticas que apuntalen la generación de riqueza, la torta para repartir será cada vez más pequeña, y solo habrá menos pobres en las estadísticas oficiales falseadas, pero la realidad, será contraria y contrastante.
El partido a jugar será muy duro, y deberá basarse en estrategias inteligentes, morales y honestas y no lo podremos subsanar con un “cambio de estadio” y un fuerte “vamos vamos Argentina”. De esa manera no generaremos riqueza para repartir. Con un nacionalismo absurdo de tribuna, no se generan más empleos, más producción, más trabajo, solo habrá más miseria e incultura.
No hay dudas entonces de que no se puede multiplicar la riqueza tratando de dividirla.
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