La decisión fue tomada en la 43ª reunión del Comité del Patrimonio Mundial que se celebra hasta el miércoles 10 en Bakú, capital de Azerbaiyán, y anunciada por la Unesco, con sede en París, en Twitter.
Se trata del primer lugar “mixto” (patrimonio cultural y natural) de Brasil, que cuenta ahora con 22 lugares en la lista de sitios reconocidos por la Unesco.
El área reconocida abarca 149.000 hectáreas e incluye el centro histórico de caserones coloniales de Paraty -foto de notal-(fundada en 1667 y declarada patrimonio histórico de Brasil en 1958) y cuatro reservas naturales a su alrededor, entre ellas la Sierra de Bocaina -cuyo pico máximo alcanza los 2.088 metros- y la isla de playas paradisíacas Ilha Grande, gran atractivo turístico de la llamada “Costa Verde” carioca.
Ilha Grande, Brasil.
El gobierno brasileño centró su candidatura en la coexistencia de las culturas locales -indígena, quilombolas (descendientes de negros esclavizados) y comunidades costeras de pescadores y artesanos- con la rica biodiversidad.
Cuenta con 36 especies vegetales consideradas raras, 29 de ellas endémicas, es decir, exclusivas de esa región, así como especies amenazadas como el jaguar, el tapir o el mono muriquí -mayor primate de América del Sur-, viven en esta región, que concentra asimismo el 45% de las aves y el 34% de los sapos que viven en los bosques atlánticos de Brasil.
LUGAR HISTÓRICO. Entre los tesoros históricos de Paraty e Ilha Grande se encuentra un tramo del Camino del Oro, construido por esclavos entre los siglos XVII y XIX y por donde transportaban los metales preciosos extraídos en el interior de Minas Gerais hasta el puerto de Paraty, con destino a Portugal.
Antiguas haciendas, fortificaciones, bodegas de cachaça (caña) y sitios arqueológicos forman parte del circuito histórico.
La ciudad, de unos 37.000 habitantes, recibe anualmente una Feria Literaria Internacional (FLIP) y otros eventos culturales.