La propuesta de variedades de uvas es extensa, pero sólo una logró posicionarse en la mente de los consumidores a través de las fronteras como la cepa emblemática en el país.
De norte a sur, a lo largo y ancho de Argentina y en diversos tipos de suelos y alturas, el Malbec encontró tierra fértil y se convirtió en la cepa favorita, no solo de los vitivinicultores locales, sino también de cualquiera que disfrute de esta bebida.
Característico en Argentina por sus notas frutales y su color violáceo intenso, este cepaje muestra particularidades distintas a su lugar de origen y que también se lo conoce como Auxerrois o Côt, en las tierras de Cahors, Francia.
Estas distinciones se deben a las particularidades climáticas y de suelo, características genéticas de las plantas, manejo del viñedo y métodos de elaboración desarrollados en el viejo y nuevo mundo del vino.
Un poco de historia
En la segunda mitad del siglo XIX la filoxera, una plaga que ataca la raíz de la vid, arrasó con gran parte de las plantaciones del varietal en el país europeo. Luego de esta crisis muchas variedades llegaron a Argentina, junto con Malbec, aquella que supo adaptarse para extender sus plantaciones y posicionarse como insignia del país.
En este contexto, el 17 de abril de 1853 se presentó un proyecto ante la Legislatura Provincial de Mendoza, con el objetivo de fundar una Quinta Normal y una Escuela de Agricultura. La organización de esta Quinta fue encomendada al ingeniero agrónomo francés Michel Aimé Pouget quien llegó a estas tierras con la novedad de varias cepas europeas, entre ellas Malbec. De ahí la fecha en la que se estableció el 17 de abril como “el Día Mundial del Malbec”.
Aún quedan viñedos en Mendoza con estas vides que se cultivaron en ese entonces, son muy valorados por el tipo de vino que se logra elaborar con estas uvas.
Por ejemplo, en la Bodega Nieto Senetiner existe un viñedo situado en Luján de Cuyo plantado en el 1900, pequeño, de espaldero bajo, viña antigua de calidad destacada. Las uvas cosechadas de ese extraordinario viñedo se utilizan para elaborar el vino de alta gama Don Nicanor Single Vineyard Finca Villa Blanca Malbec. Éste y otros viñedos de la bodega tienen material genético traído de Francia pre filoxera.
Un vino insignia
El Malbec se destaca dentro de las uvas tintas y es reconocido no solo por su capacidad de expresarse en grandes vinos varietales – sólo elaborados con Malbec, como Don Nicanor Malbec 2018, que posee una crianza de 12 meses en barricas de roble francés – si no también por su capacidad de formar parte de cortes con otras uvas como el Cabernet Franc, Petit Verdot, Cabernet Sauvignon y Merlot, entre otras. Así es el caso de Don Nicanor Blend 2018, una etiqueta compuesta por estas variedades y que su paso por barricas de roble francés, le aporta complejidad y delicadas notas a especias y tabaco.
Incluso algunos espumantes son elaborados con esta famosa cepa y son cortes denominados “blanc de noir”. ¿Qué significa esto? Se refiere a que el líquido es de color blanco pero fue hecho con uvas tintas. Un ejemplo es Nieto Senetiner Brut Nature creado a partir de la fusión de uvas Pinot Noir y Malbec; posee un tonalidades de color asalmonado y aromas a levadura, pan tostado, frutas confitadas y flores blancas.
Hoy, el Malbec es un representante de la identidad nacional. Se encuentran vides en la mayoría de las provincias vitivinícolas, donde las condiciones climáticas, además del suelo, generan las condiciones propicias para el desarrollo de esta cepa, que cuenta con la Cordillera de Los Andes como testigo del protagonismo indiscutible que alcanzó en los suelos argentinos.
Impulsor del Enoturismo
Además, el Malbec ha sido el impulsor del enoturismo en la Argentina, logrando un fuerte crecimiento y fortalecimiento de las actividades turísticas de las diversas regiones de nuestro territorio, revalorizando la propuesta de bodegas, viñedos y hoteles, entre otros. Los turistas comenzaron a llegar para conocer “la tierra del Malbec más famosa del mundo”.
Tal es la relevancia de esta cepa, que países como el Reino Unido, Brasil, Canadá y Estados Unidos, representan los mercados de exportación de Malbec más importantes para Argentina.
Pero entonces…¿cuál es el gran secreto? Definitivamente su versatilidad. Su capacidad de adaptación a diferentes terroirs, la diversidad de aromas y texturas en los diferentes estilos que existen – Malbec más jóvenes y ligeros hasta vinos de guarda, con mayor estructura y presencia en boca – la infinidad de opciones de maridaje, y su amabilidad en boca en los diversos estilos, que logra cada vez más fanáticos de esta cepa.
Lo mejor de la cepa en los últimos años
En el período comprendido entre los años 2011 y 2020 la cantidad de hectáreas cultivadas con Malbec superaron un crecimiento del 43%, siendo así, la variedad que más se comercializa dentro y fuera del país con el 55% de participación en las ventas, según el Instituto Nacional de Vitivinicultura.
Aquí, algunos datos:
-Actualmente el 45,87% del volumen total exportado pertenece a Malbec.
-En el año 2020 se exportó un promedio de 19.608 botellas de Malbec cada 24 hs.
-En el último año, el Malbec representó el 21,3% de la vid total del país (45.657 ha).
-Durante el 2020, el 88,7% de vinos comercializados en el mercado doméstico nacional, corresponde a vinos puros de este varietal.