Las reservas internacionales de un país son vitales para mantener el crecimiento económico. Si bien en la cotidianeidad el seguimiento de las reservas se hace para predecir cuáles serán los próximos pasos que se darán en la política cambiaria, desde el punto de vista económico refleja la “posición de caja” de esta empresa que es la economía nacional.
La forma más ilustrativa de ver esto es con el Gráfico 1.
Gráfico 1. PBI y variación de las reservas
2004 – 2024
Fuente: LP CONSULTING en base a MECON y BCRA
Allí se presenta la evolución del PBI medido en número índice con base 2004 = 100 y la variación de las reservas del Banco Central medidas en millones de dólares en los últimos 20 años. La primera impresión general es que la economía argentina está estancada y las reservas tienen una tendencia declinante. Un primer análisis más minucioso surge de las etapas de la historia cambiaria de las últimas dos décadas.
Entre 2004 – 2011 transcurre la gran bonanza internacional cuando la Argentina tenía una política cambiaria libre. No había dólar oficial sino sólo de mercado y se podía comprar y vender dólares a piacere. Las exportaciones y las importaciones crecían traccionando la economía argentina. Obsérvese que en este período el PBI creció casi 50%. Las reservas internacionales tenían variaciones positivas hasta el 2010, o sea, la Argentina crecía y acumulaba reservas. Hasta el 2011. Cuando la variación de las reservas se vuelven negativas en -USD 5.000 millones.
La variación negativa de las reservas –vedado el acceso al mercado internacional por no haber resuelto el default del 2002– obligó a implantar el cepo cambiario. Esto implicó que se estableció un dólar oficial el cual deja de poder comprarse a piacere,por lo tanto, la venta de dólares en el mercado oficial pasa a ser a la forza. El corolario: se forma un mercado paralelo donde la compra y venta de dólares es libre, pero no legal. Por esoel drenaje de reservas no se detuvo. En todo caso, aminoró la salida de reservas que hubieran salido si no estaba el cepo, pero no lo detuvo. Obsérvese que en 2012 – 2015 todas las variaciones fueron negativas. Consecuencia de ello, la economía se estanca.
Luego viene el período 2016 – 2019 cuando el gobierno de Cambiemos resuelve el default 2002, hace un blanqueo masivo de ahorros y libera de nuevo el tipo de cambio. La gran confianza en el mercado internacional que genera los aires de cambio, lleva a que en el 2016 y 2017 las variaciones de reserva vuelvan a ser positivas. Pero la apreciación cambiaria que resultó de este experimento, más el deterioro de la situación fiscal, indujo una masiva fuga de capitales que llevó a la mayor variación negativa de reservas en un solo año (2019) llegando a ser superior a los –USD 25.000 millones. Mucho. Por eso, volvió el cepo. En lo que es nivel de actividad obsérvese que la variación positiva hizo que el PBI creciera en 2017 pero la reversión a variaciones negativas de reservas fue acompañada por la reversión del PBI.
Pasa el aciago año de la pandemia (2020) y viene el período 2021 – 2024 con el cepo renovado. Este dato no está en el Gráfico 1 pero hay que mencionarlo: en el 2022 los precios internacionales de los productos agrícolas alcanzan un máximo histórico. Para tener una idea de magnitud, según datos del Banco Central con base diciembre 2021 = 100, el Índice de Precios de las Materias Primas (IPMP) Agropecuario, que refleja los precios de las exportaciones agropecuarias argentinas, fue en el 2008 de 270 (protesta del campo por las retenciones móviles), en el 2012 de 315 (fin de la bonanza mundial) y en el 2022 de 320 (salida de la pandemia y guerra de Ucrania). Las variaciones de las reservas fueron positivas en USD 5.000 millones, pero en 2023, a pesar de que los precios agropecuarios seguían siendo muy buenos (IPMP Agropecuario = 265; similar al 2008), el descalabro fiscal era tan grande que volvió a generar una masiva salida de capitales por la vía de los dólares financieros (MEP y contado con liqui). La pérdida de reservas fue –USD 20.000 millones, similar a la del 2019, con el aditamento que en el 2023 había un severo cepo. La actividad económica se vuelve a caer.
El 2024 con el nuevo gobierno libertario hay una gran devaluación del dólar oficial que lleva a una recuperación de las reservas, aunque –esto no es menor– con una significativa caída en la actividad económica.
¿Por qué las reservas tienen tanta variabilidad?
La pregunta que cabe hacerse es qué pasa con las reservas que varían tanto.
¿Es que las exportaciones argentinas son muy variables o las importaciones suben y bajan abruptamente?
Para responder la pregunta hay que ver el balance de pago de Argentina en sus dos principales componentes. Uno es la balanza comercial (exportaciones menos importaciones). El otro son los pagos y cobros del exterior por servicios, turismo y flujos de capitales. El Gráfico 2 muestra cómo se mueven estos dos componentes.
Gráfico 2. Balance de pagos argentino
2003 – 2024
Fuente:LP CONSULTING en base a BCRA
Como se observa, la balanza comercial del Banco Central (exportaciones cobradas menos importaciones pagadas) ha tendido a ser en los últimos 20 años positiva. Lo que pasa es que luego se hacen muchos otros pagos al exterior y hay muchos dólares que se van afuera.
En la época de la bonanza internacional, los superávits comerciales eran fuertes; por el lado de la salida de dólares, en los primeros años había poca salida (no había mucho turismo al exterior por lo caro del dólar y las salidas de capitales ya habían sucedido en la crisis 2001 – 2002); en cambio, a partir del 2008, la gente recupera salario real y vuelve a haber turismo al exterior y se renuevan las salidas de ahorro al exterior.
Con el 1° cepo la balanza comercial se reduce sensiblemente, mientras se mantiene la salida de dólares. En la época de la deuda externa (Cambiemos) en los dos primeros años entran dólares especulativos y en 2018 – 2019 se produce el reflujo al exterior. En el 2° cepo, se recupera la balanza comercial, pero los flujos de salida de dólares al exterior se mantienen altos y estables.
En suma, la Argentina se preocupa por cobrar exportaciones más de lo que paga importaciones para generar un excedente de “caja” de dólares; que luego se le van por servicios, turismo y fuga de ahorros al exterior.
Fuente: LP CONSULTING