Precio de la carne: ¿Se vienen subas o bajas en enero de 2021?

Tras el incremento que se dio en este último mes de 2020, prevén que en el primer mes del año entrante puede haber nuevos movimientos en materia de precios.

El precio de la carne vacuna al consumidor cerrará 2020 con un aumento interanual superior al 50% y un salto en las últimas semanas en torno del 25%, el cual podría retrotraerse entre un 10% y 15% a partir del año que viene, según cálculos del presidente de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes (Ciccra), Miguel Schiariti.

El dirigente empresario estimó que el aumento de la carne se ubicará al cierre del año en un 52% o 53%, y calculó que la suba de las últimas semanas se ubicaron en torno del 25% o 30%, lo que llevó a que el asado pasara de $350 o $400 a $600 por kilo en algunos comercios.

Sin embargo, Schiariti dijo a Télam que en las próximas semanas, este fuerte incremento podría retroceder entre un 10% y 15%, básicamente, porque los consumidores no podrán convalidar tal suba.

La venta ya se endureció porque los precios saltaron de $350 o $400 a $600 el kilo de asado y la gente dijo ‘no, pará’. Me da la sensación de que el deseo le ganó al bolsillo flaco, pero a partir del primero de enero, el bolsillo flaco le va a ganar al deseo. En enero, los precios, a mi juicio, se van a retrotraer entre un 10% y un 15%. No se van a convalidar en estos valores, del 30% de aumento se va a convalidar un 15% o 20%“, explicó el titular de Ciccra.

LOS MOTIVOS DEL AUMENTO

Para Schiariti, el incremento en los precios “no es caprichoso, sino que es consecuencia de una menor oferta de animales, los desequilibrios macroeconómicos y la suba en los costos.

Según el empresario, en marzo los terneros de destete se vendían los feedlot a $100 y $105 el kilo, pero debido a “la emisión monetaria más grande y las disparadas del dólar, ningún productor que hubiese vendido una jaula de animales gordos quería quedarse con la plata“.

Estaban desesperados por mantener el valor de ese dinero y tomó al ternero como refugio de valor. Ahí pasó a $170 o $190 el kilo vivo“, indicó el dirigente.

Esto supuso problemas para los feedlots, ya que con la suba de precios empezaron a “achicarse los márgenes hasta que empezaron a perder“, y eso generó una menor reposición de terneros ya que “vendía tres animales terminados e ingresaba (al corral) sólo uno“.

A este panorama se le sumó el aumento exponencial del precio de los granos que sirven de alimento para el animal, que pasaron, en el caso de la soja, “de US$ 300 hace un año a US$ 440 la tonelada hoy“, lo que motivó que los productores decidan terminar los vacunos a pasto, ralentizando el proceso de engorde, por lo que “empezó a faltar hacienda terminada“.

A esto se sumó un aumento en la demanda por parte del sector gastronómico tras la apertura de los locales, y una postergación de ventas de animales por parte de algunos productores por la finalización del año fiscal.

Télam