Tras un año y medio en pausa por la pandemia de coronavirus, de a poco se empiezan a retomar actividades presenciales que requieren de una vuelta a la normalidad. Tal es el caso de la vuelta a clases (en todos sus niveles) pero que en niveles superiores requiere de la búsqueda de alquileres de vivienda para las personas que no habitan en nuestra ciudad.
Algunas problemáticas como la polémica nueva Ley de Alquileres, la baja rentabilidad de las propiedades alquiladas debido a la enorme brecha entre los salarios a nivel nacional y los altos valores de los inmuebles, entre otras, generan que haya mayor demanda que oferta en el mercado inmobiliario de alquileres.
“Desde que entró en vigencia la Ley de Alquileres nosotros veíamos como una real posibilidad que salieran de alquiler y pasaran a la venta por las nuevas cargas tributarias y las nuevas condiciones establecidas”, indicó el coordinador del departamento de estadísticas del Colegio de Corredores Inmobiliarios de Rosario, COCIR, Alejandro Bassini.
Si se toma como referencia al conjunto de estudiantes de la Universidad Nacional de Rosario, se estima que aproximadamente la mitad de los asistentes proviene de otra ciudad, con lo que puede conjeturarse que un número significativo de éstos ejerce alguna modalidad de alquiler. Y más importante aún, bajo modalidad únicamente presencial, la posibilidad de alquilar pasa a ser una componente importante de la continuidad de la carrera.
“Lo que llama la atención es que una ciudad que ha sido impactada fuertemente por el boom constructivo, que ha sumado metros cuadrados como ninguna ciudad en nuestro país hoy tenga una oferta que no pueda satisfacer la demanda de alquileres”, dijo Ariel D’Orazio, Coordinador del Consejo Asesor de Vivienda en la Oficina del Consumidor.
La información recolectada por el Observatorio Económico Social de la UNR permite conjeturar que:
– Los hogares que cubren los gastos por educación universitaria de sus hijos, tienen los suficientes recursos para mantener al menos a un miembro de la familia viviendo solo en algún tipo de vivienda, manteniendo todo lo demás constante (por ejemplo, nivel de precios).
– Existen elementos para afirmar que la decisión de alquilar de la comunidad de estudiantes de la UNR, es sensible ante variaciones de las barreras de entrada al mercado inmobiliario. Típicamente, garantías propietarias o depósitos en efectivo.
– Aun pudiendo mantener a miembros de la familia dedicados a estudios universitarios, una parte importante de las familias buscan abaratar costos relacionados a la confección y monitoreo de contratos de alquiler. Lo cual es un indicio de los límites presupuestarios que enfrentan las familias al momento de alquilar.
– Existe la expectativa de que modificaciones significativas del precio de los alquileres (a la suba), puedan ser un factor de riesgo al momento de decidir la continuidad o no de estudios universitarios por parte de los alumnos.
“En los medios de comunicación se está hablando sobre la vivienda ociosa como parte de esta temática de la falta de ofertas cuando la realidad es que las viviendas están en alquiler o en venta, no son ociosas. Si notamos que hay una gran cantidad de viviendas en venta y también que muchos inversores compran propiedades para uso propio y no tanto para alquilar y eso genera faltante de viviendas para alquilar”, agregó Bassini.
Por otra parte, los datos de mercado disponibles indican que la rentabilidad del sector se encuentra cercana a su piso histórico. Según un informe de Zonaprop (2021), el retorno de la inversión de la propiedad inmobiliaria para fines residenciales se ubica en 2,85% bruto anual en CABA, y 2,41% para Rosario.
Bajo esa estimación, se necesitan 35,1 y 41,4 años de alquiler para recuperar la inversión en cada distrito. Dado que la inversión en inmuebles es de un monto elevado en relación al ingreso y a la riqueza promedio de la población, quienes tienen posibilidades de invertir en el sector, son también quienes se encuentran en los deciles más altos de ingresos o riqueza.
“Con la brecha que existe entre el salario medio y le valor de las propiedades es inviable que un trabajador pueda acceder a una vivienda e incluso a un crédito. Eso genera que las propiedades se concentren cada vez en menos manos debido al avance de la especulación inmobiliaria como resguardo del ahorro financiero de diferentes actividades y de una ausencia total del estado que en nuestro país se ve desde la década del 90 con la llegada del Menemismo, que dejó todo librado en las manos del mercado generando esta desigualdad tan preocupante”, afirmó D’Orazio.