El legislador oficialista Oscar Parrilli quiere modificar una norma instituida durante el mandato de Mauricio Macri que habilitaba la creación de esas entidades.
El senador del Frente de Todos Oscar Parrilli presentó un proyecto contra el lavado de dinero que suspende por 180 días la aplicación de una ley creada durante la administración de Cambiemos que habilitaba la creación de sociedades anónimas “sin control del Estado“.
“El objetivo de la norma es avanzar en una regulación a las Sociedades por Acciones Simplificadas, conocidas como ‘SAS’, mecanismo utilizado para la evasión y lavado, como el conocido “caso Sbarra“, explicó el senador por Neuquén en declaraciones a la prensa en el Senado.
En los argumentos de la iniciativa, Parrilli señaló que la idea es “avanzar en la regulación de estas sociedades sin afectar proyectos de verdaderos emprendedores” y aclaró que se busca “la protección de la parte más débil de nuestra población, la protección del ahorro y la inversión“.
Destacó además la necesidad de “preservar la seguridad jurídica que hace al funcionamiento interno en beneficio de los socios y al interés de los terceros” y “evitar que operen en beneficio de quienes recurren a estos subterfugios para frustrar la ley, eludir el orden público la buena fe o los derechos de terceros”.
Parrilli argumentó que “si bien las SAS no son estrictamente sociedades offshore, por sus especiales características, hacen las veces de tales, dado que presentan todas las facilidades y características operativas y ofrecen las mismas ventajas que las sociedades constituidas en los paraísos fiscales“.
Para el senador, “esto permite realizar actividades que facilitan el lavado de dinero y la evasión fiscal“.
El ex secretario general de la Presidencia y Director General de la Agencia Federal de Inteligencia durante la gestión del kirchnerismo afirmó que “se constituyeron infinidad de SAS, sin control ni aprobación del trámite por ningún organismo competente y capacitado a tal fin” y remarcó que “inmediatamente después de su inscripción se adquirieron inmuebles por sumas que no guardan relación alguna con los montos de capitales suscriptos por dichas SAS”.
“Más aún, en algunos casos, la adquisición del inmueble fue concertada días antes de la inscripción de la sociedad. La operatoria era simple: constituían una sociedad por el capital mínimo, correspondiente a dos salarios mínimo vital y móvil“, añadió
Télam