El Gobierno de la Nación informó este domingo que ya fueron entregados los primeros mil chalecos antibalas ensamblados totalmente en Argentina y se programó la producción de una nueva tanda experimental de 5 mil.
Con la asistencia del Inti (Instituto nacional de Tecnología Industrial), las fundas, que antes se importaban, ya son fabricadas por 50 trabajadores agrupados en cooperativas ubicadas en las ciudades de Buenos Aires, La Plata y el conurbano bonaerense.
El proyecto, que comenzó hace dos años, atravesó un proceso de equipamiento de las unidades productivas, así como la capacitación de los trabajadores y el desarrollo local de nueva moldería.
Desde el inicio, el Inti, como brazo tecnológico del Ministerio de Industria, participó y colaboró en la logística, el control de calidad y la verificación de las fundas de los chalecos que cubren los paneles balísticos, brindándoles protección y adherencia al cuerpo.
“Una vez que las cooperativas compran los materiales comienza toda la cadena productiva donde intervenimos en cada uno de los procesos, controlando que se cumplan todas las especificidades, desde el corte hasta la entrega del producto final”, explicó Horacio Tofé, responsable de la Unidad de Extensión Textil e Indumentaria del Inti.
Los técnicos también colaboraron en el desarrollo y la adecuación de las muestras de fundas locales, compuestas por partes delanteras y traseras que se unen a través de cintas con abrojo ubicadas a la altura de los hombros y un cierre lateral.
Una vez terminados, el Inti entregó los moldes patrón a las cooperativas junto con el manual de confección de las fundas, donde se indica cómo deben llevarse adelante los distintos procesos de corte y armado, así como las medidas exactas para asegurar que cumplan con los requisitos estipulados por el Ministerio de Seguridad.
El Ministerio de Seguridad es quien recolecta las fundas verificadas por el Inti y las entrega a Fabricaciones Militares (FM), en las instalaciones ubicadas en la localidad santafesina de Fray Luis Beltrán.