“Prisión preventiva por el plazo para todos los acusados. Acá existió una asociación ilícita. Y así como una fábricas tiene por objetivo hacer bulones, por ejemplo, para este tipo de bandas el objetivo es cometer delitos contra la seguridad pública”, dijo el juez Héctor Nuñez Cartelle, cuando eran las cuatro en punto del miércoles. Habían pasado casi dos horas desde el inicio de su extensa alocución, en el cierre de las audiencias contra la nueva camada de Los Monos, que habían empezado el jueves pasado.
La audiencia se hizo en la Sala 10 del Centro de Justicia Penal de Rosario, con la presencia en el lugar de catorce de los 28 imputados. El resto, siguió la palabra del juez por Zoom. La acusación corrió por cuenta de la fiscal Marisol Fabbro, que reunió para esta investigación el trabajo de varios colegas suyos que habían acusado previamente a la organización.
El magistrado, de acuerdo en base a las evidencias presentadas, dijo sobre cómo estaba estructurada de la banda: “Como jefes, los fiscales encontraron a Luciano Cantero, Lorena Verdún y Erika Bullón. Como organizador, a Dylan Baldón, era el nexo con todos los demás. Y al resto, como integrantes. Con el concepto de asociación ilícita, el bien a tutelar es la seguridad pública. Y no hace que cada miembro tenga acciones materiales, ni acuerdo por escrito, sino coincidir con los otros integrantes en los objetivos asociativos. Pueden inclusive no conocerse con todos los que están en la banda. Y no hace falta que el delito sea cometido, ya con la preparación es suficiente”, aseguró el juez.
A la organización se le adjudica haber cometido tres homicidios, entre junio de 2021 y la fecha. Además, se imputaron extorsiones, robos de vehículos, intimidaciones, un atentado contra el Centro de Justicia Penal y el intento de robo de una moto de la policía.
El juez recordó lo que se encontró al detener a Luciano Cantero, jefe de la banda, en enero pasado: “Cuando en enero se le secuestró casi un arsenal en su casa al señor Cantero, además de comprobarse en aquel momento numerosos hechos de intimidaciones relacionados a poder instalar en esos lugares un puesto para venta de drogas. También hemos visto aquí las súplicas de quien recibía órdenes de parte suya, con alguien que pregunta por qué tiene que ser el único en recibir órdenes”.
La referencia de Nuñez Cartella era a un audio que se ventiló en la audiencia, entre Baldón y Cantero. “Yo te hago caso, todo el día estoy, te preparo las cosas, nadie te hace eso, lo que hago yo no lo hace nadie y no estoy por la plata, no estoy por nada yo, porque te quiero porque sos mi amigo, pero te re zarpas”, le decía “Capocha” a su jefe “Lucho”. Mientras se desarrollaban las audiencias, el pasado lunes por la noche, fue asesinada la abuela de Baldón y una de las hipótesis es que fue una interna de la propia banda.
“La venta de drogas era la actividad principal, aunque aquí no vamos a referirnos a eso. También el negocio implicaba coacciones, usurpaciones, robos. Había osadía en el accionar, prácticamente no tenían freno en los hechos violentos. Inclusive se vio acá como atacaron a un policía para robarle su moto”, amplió el juez durante la fundamentación de lo que resolvió.
“En el caso de Cantero, desde el penal de Marcos Paz daba órdenes, dónde y cómo guardar las armas, los autos robados, habla de la chata de la madre y cómo enfriarlo para poder comercializarlo después. También organizaba los puntos de venta de drogas y el control de lo recaudado. Inclusive escuchamos evidencias de cómo se hacía cargo del costo de los abogados”.