“De materializarse estas primeras intenciones de siembra, no habría habido una reducción relativa de área de esta magnitud en 17 años en este cereal”, señaló el trabajo.
Desde el ciclo 2014/2015 el maíz tuvo nueve campañas consecutivas en las que el área no paró de crecer hasta el reciente 2023/24 cuando marcó un récord de siembra.
“Las razones de esta caída son varias, pero el principal protagonista de este quiebre es una bacteria, el Spiroplasma kunkelii, transmitida a través de la chicharrita”, indicó el informe.
El panorama en la geografía nacional
En el norte del país los rindes han caído entre un 50 y 70% y las pérdidas van del 25 al 60% del área total cultivada. Chaco y Santiago del Estero son las dos provincias más afectadas.
“Allí manifiestan que esta campaña es definitoria para gran parte del sector: no pueden fallar este año para seguir en negocio de la producción agrícola”, advirtieron.
En estas provincias se está manifestando una caída en la intención de siembra del maíz de 50 a 80%.
En el centro y norte de Córdoba y Santa Fe, las pérdidas de área (superficie que no pudo ser cosechada) por los efectos de la chicharrita van del 20 al 35%. La caída en la intencionalidad de implantación manifestada va de 30 a 50% en las zonas mencionadas.
Proyecciones
Siguiendo la información brindada por el SIBER, de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos, la caída en la intención de siembra de maíz estaría en torno de 30%. Lo mismo se manifiesta en la región núcleo. El centro y sur de Buenos Aires y la provincia de La Pampa no han registrado el impacto del achaparramiento que conlleva la chicharrita en los rindes de la campaña 2023/24 y, en principio, manifiestan una intención de siembra 2024/25 similar a la de la campaña precedente.
La chicharrita afecta principalmente a las siembras tardías y los peores efectos se han visto en los lotes sembrados después del 10 de diciembre.
La Bolsa de Cereales precisó que “en la campaña 2023/24 se sembró el 65% del maíz en forma tardía, esto es, después del 15 de noviembre”.
Ello lleva a que se dependa aún más de las lluvias de setiembre y octubre en un año en el que se espera que comience a actuar una “Niña” moderada a partir de setiembre/noviembre.
“Es muy importante entender que las intenciones manifestadas pueden cambiar ante buenas lluvias, o su ausencia”, afirmó el informe.