¿Puede la reducción del impuesto PAIS bajar los precios domésticos?

Alguna contribución puede hacer, pero será menor. La Argentina es una economía muy cerrada a la importación no sólo por el impuesto PAIS sino por el resto de impuestos y las trabas que se aplican sobre las importaciones. El gobierno avanza en el sentido correcto, pero todavía es insuficiente. El gran problema es la escasez de reservas del Banco Central.

El ministro Caputo redujo el impuesto PAIS que se aplica a las importaciones desde 17,5% (nivel en el que él lo estableció en diciembre 2023, cuando asumió) al 7,5%. El motivo que dio es que busca bajar el nivel de precios domésticos.

El argumento es correcto porque el impuesto PAIS encarece las importaciones. Para entender esto hay que partir por el hecho de que el 85% de las importaciones argentinas son en bienes de capital, insumos y repuestos que el sector productivo argentino usa para producir bienes y servicios de consumo doméstico. Por lo tanto, si las herramientas para producir son importadas y se pone un impuesto a la importación, los bienes y servicios resultantes van a ser más caros.

Demás está decir que bien de consumo importado (el 15% restantes de las importaciones) recibe el impacto directo en su precio por el impuesto a la importación. Pero, además, si el bien importado que compite con el producto doméstico es más caro, le da espacio al producto doméstico a que su precio sea también mayor. Así que, por donde se lo mire, un impuesto a la importación eleva el nivel interno de precios.

La pregunta es en cuánto puede esta reducción del impuesto PAIS disminuir el nivel de precios internos. La respuesta se encuentra en el Gráfico 1.

Gráfico 1. Impuestos a las importaciones

Alícuotas generales

Fuente: LP CONSULTING en base a MECON

Allí se presenta los impuestos que gravan las importaciones de bienes. La mayor imposición viene por los aranceles de importación. Cabe aclarar que estas son las alícuotas generales. Algunos bienes tienen alícuotas inferiores y otros superiores debido a algunas especificidades. Pero la estructura arancelaria genera de la Argentina es como se presenta en el Gráfico 1.

Básicamente lo que se busca es que los alimentos tengan menos aranceles para que sus precios no se eleven mucho, los insumos industriales y los bienes de capital estén un poco más protegidos, pero no tanto, para no encarecer la producción nacional y los bienes de consumo final tenga más protección de la competencia externa; el caso de ropa y calzado es el de mayor protección arancelaria. Por esto es que cuando uno viaja al exterior encuentra que la ropa y el calzado son más baratos.

Sobre los aranceles hay un 3% adicional de tasa estadística que cobra la aduana y sobre eso viene el impuesto PAIS que ahora es un 7,5% después de la reducción. Si bien es importante la reducción del 10% del impuesto PAIS, la estructura impositiva de las importaciones todavía queda alta. Desde alimentos, pasando por insumos y bienes de capital, hasta bienes de consumo final, la tasa impositiva de las importaciones está entre el 30% y 40% del valor. La ropa y el calzado por encima del 50%.

A esto hay que sumarle las trabas a la importación que se producen por las barreras arancelarias y la burocracia. El nivel efectivo de protección es todavía mayor que esto.

¿Podrá haber una baja?       

Podrá. Pero no va a ser mucha y los precios internos (costo argentino para los sectores productivos) van a seguir siendo altos.

¿Por qué no avanzar más entonces en la reducción de los impuestos a las importaciones?

Es que viene el tema del balance comercial que se presenta en el Gráfico 2.

Gráfico 2. Balance comercial argentino

En millones de USD

Fuente:LP CONSULTING en base a INDEC

Allí se presenta las exportaciones e importaciones argentinas en los primeros 7 meses del 2023 y en comparación la del 2024.La diferencia es el balance comercial, fuente originaria y genuina de divisas para el país.

En el 2023, la combinación de cepo con atraso cambiario en el dólar oficial, llevó a que las importaciones sean mayores que las exportaciones provocando el estrangulamiento de divisas cuya manifestación más visible fue el atraso en el pago de importaciones.

En el 2024, la situación se revirtió gracias a la gran devaluación del dólar oficial en diciembre del 2023 (pasó de $350 a $800). Las exportaciones subieron y las importaciones bajaron y así se transformó el déficit comercial en superávit y el colchón en la acumulación de reservas que se presenta en el Gráfico 3.

Gráfico 3. Variación de las reservas del Banco Central

En millones de USD

Fuente: LP CONSULTING en base a BCRA

Aquí se observa que la sangría de reservas del Banco Central era permanente y en picada; y cómo automáticamente se pasa a acumular reservas con la devaluación a partir de enero 2024. El problema está en que, apenas las importaciones se recuperan, la acumulación de reservas comienza a flaquear (julio 2024).

Y el gobierno lo que más necesita son reservas.

Fuente: LP CONSULTING