En un contexto de moderación inflacionaria, los salarios lograron superar el aumento de los precios durante septiembre, ofreciendo un alivio al poder adquisitivo. El desafío ahora es encontrar mecanismos que permitan sostener esta recuperación del salario real a largo plazo.
Desde el salto inflacionario de diciembre del año pasado, provocado por el sinceramiento de precios en la economía, la inflación ha mostrado una notable desaceleración. Pasó de un 25,5% en diciembre a perforar el piso del 3% en octubre, alcanzando un 2,7%.
Esta tendencia descendente se explica por la implementación de dos anclas fundamentales. Por un lado, el control cambiario, con un cepo que limita la compra de divisas y una tasa de devaluación del 2% mensual sobre el dólar oficial. Por otro lado, el superávit fiscal que equilibra las cuentas públicas. A estos factores se sumó la decisión del Banco Central, a finales de octubre, de reducir la tasa de interés tras seis meses de estabilidad.
Además, la moderación inflacionaria encontró apoyo en la desaparición del impacto de las correcciones tarifarias en los últimos meses y la desaceleración en los precios de los bienes. En octubre, categorías clave como alimentos y bebidas, junto con transporte, registraron los menores incrementos, promediando un alza del 1,2%.
Con esta combinación de medidas y comportamientos de precios, la inflación da señales de estabilización. Sin embargo, el desafío persiste: consolidar estas mejoras en un contexto económico aún frágil y con riesgos latentes.
Fuente: LP CONSULTING en base a INDEC
Inflación y salarios: ¿cómo evoluciona la relación?
La desaceleración de la inflación comienza a reflejarse en los salarios reales, marcando una recuperación sostenida durante los últimos seis meses. Según el último informe del Indec, en septiembre los salarios aumentaron un 4,7%, superando la inflación de ese mes. Este incremento varió entre sectores: en el privado registrado subieron un 3,8%, en el público un 3,9%, mientras que el sector privado no registrado destacó con un salto del 10,4%.
Esta recuperación, aunque significativa en el corto plazo, aún enfrenta desafíos al observar el panorama interanual. Los salarios acumulan un alza del 182%, pero siguen rezagados frente a una inflación del 209%. Entre los tres sectores, el privado formal lidera la recuperación, impulsado por paritarias ajustadas a la inflación pasada. En cambio, el sector público y el no registrado tienen mayores dificultades para recomponer ingresos.
Pese a los avances recientes, los salarios reales de todos los sectores aún están lejos de los niveles registrados en 2016 y 2017, reflejando el impacto acumulado de años de alta inflación y pérdida de poder adquisitivo. La pregunta ahora es si la tendencia positiva podrá sostenerse en un contexto todavía marcado por incertidumbres económicas.
Fuente: LP CONSULTING en base a INDEC
De cara al futuro: ¿cómo garantizar salarios que superen a la inflación?
Aunque la recuperación salarial continúa, en septiembre comenzó a mostrar signos de desaceleración. El gobierno enfrenta ahora un delicado equilibrio: mantener la desaceleración de la inflación mientras impulsa la recuperación de los ingresos reales, todo sin comprometer la dinámica de crecimiento económico.
Entre las medidas anunciadas, destaca la intención de moderar el ajuste del tipo de cambio oficial, una estrategia orientada a estabilizar el dólar y anclar las expectativas inflacionarias. Sin embargo, los expertos advierten que esto, por sí solo, no será suficiente para garantizar una mejora sostenida en los salarios reales.
La clave está en abordar un enfoque integral que fomente un aumento de la productividad económica. Esto requiere reformas estructurales, incluyendo una actualización de las regulaciones laborales y tributarias, además de políticas que impulsen la inversión y promuevan un entorno competitivo. Solo con una economía más eficiente y dinámica será posible consolidar un círculo virtuoso donde los salarios crezcan de manera sostenible y puedan superar a la inflación.
Fuente: LP CONSULTING