Si bien aclaran que se harán cargo de los costos que significa transportar a sus empleados, piden que el Estado ayude a resolver el problema de fondo.
Referentes de la construcción exigen que el Estado colabore en resolver la situación del transporte para los obreros, ya que el panorama es más complejo en este rubro porque se trabaja por jornada.
Desde el sector explican que están dispuestos a absorber algo de este encarecimiento, pero que el Estado tiene que hacerse cargo también y proponen que sea a través de medidas que den beneficios fiscales a los desarrolladores, a los constructores y a los compradores.
Con respecto al tema puntual del transporte, proponen fomentar o subsidiar la venta de motos o autos para que el trabajador de la construcción pueda movilizarse solo y no dependa del transporte público o subsidiarles el precio de la nafta y de los peajes, por nombrar tan solo algunas iniciativas que deberían formar parte de un plan integral del gobierno.
“Descomprimir el transporte público va a ser una regulación que va a quedar en el tiempo, es por eso que hay que buscar soluciones de fondo y no pensar en el transporte escolar como alternativa porque el día que abran los colegios, aparece otro problema” indicaron fuentes consultadas.
“Por otro lado, retomar una obra y frenarla enseguida porque un obrero se infecta, además de riesgoso para la salud de todos, es muy costoso”, por eso apuntan a hacerlo cuando sepan que van a tener un bajo nivel de riesgo con pequeñas cuadrillas y medidas de sanidad.
Hacer que la obra trabaje de manera más lenta y bajar la productividad genera un efecto multiplicador en los costos, por ese motivo “la clave no es cuándo va a empezar la construcción, sino que se retome con medidas económicas que compensen el desfasaje de costos que va a traer aparejada la vuelta a la nueva normalidad” mencionaron.
Imágenes: Gentileza