Esos Juegos de Londres de 1948 representaron para el atletismo argentino el mejor desempeño de su historia, con una medalla de oro, otra de plata y tres diplomas olímpicos. En lo que se denomina como uno de los deportes “fundadores” del olimpismo junto a la natación y la gimnasia.
Delfo Cabrera, fue un bombero de la Policía Federal de 29 años, y en esos Juegos ganó la medalla de oro en la maratón, la última prueba olímpica.
Dentro de los diez primeros llegaron también otros dos argentinos, Eusebio Guiñez, quinto con diploma olímpico, y Alberto Sensini, noveno.
Cabrera, había sido inspirado de niño por el logro del maratonista Juan Carlos Zabala al ganar la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1932, otro hito en el atletismo nacional.
La carrera se corrió el 7 de agosto, exactamente 16 años después del triunfo de Zabala. El circuito elegido salía del mítico Estadio de Wembley y, luego de recorrer los suburbios de Londres volvía a ingresar al mismo para finalizar la competencia y con ella , los juegos.
Luego de un breve liderazgo del otro representante nacional Guiñez, el belga Étienne Gailly tomó la punta y la mantuvo durante prácticamente toda la carrera. A los 10 kilómetros Gailly llevaba una ventaja de dos minutos sobre Cabrera, quien se había mantenido cerca del pelotón de punta.
A los 25 kilómetros, Gailly se mantiene primero seguido por Guiñez, el sueco Gustav Ostling y Cabrera, que había acortado la ventaja a 41 segundos.
En el kilómetro 32, el coreano Choi Yoon-chil tomó la punta, pero debió abandonar apenas tres kilómetros más adelante. Para ese entonces Guiñez había sentido una molestia en un gemelo y le dice a Cabrera “Negro gana vos; yo ya no puedo hacerlo”.
Cabrera queda brevemente en la punta, pero Gailly acelera y vuelve a colocarse al frente. Los últimos tres kilómetros tenían la particularidad de que los corredores debían enfrentar tres subidas, algo para lo cual Cabrera se había preparado especialmente.
Gailly alcanzó a sacarle una ventaja de 50 metros al argentino y llegó primero al estadio, pero tan agotado que ya no podía correr.
Ya en la pista Cabrera y el inglés Tom Richards superaron a Gailly, ganando el argentino por 17 segundos, con un tiempo de 2-34:51.6.
En quinto lugar llegó Guiñez (2-36:36.0) y noveno Alberto Sensini (2-39:30.0).
Cabrera volvería a correr la maratón en los Juegos Olímpicos de Helsinki 1952, en la que saldría 6º, aún bajando su tiempo en 8 minutos.
Por su parte la atleta Noemí Simonetto (22 años) obtiene la medalla de plata en salto en largo con una marca de 5,60 metros.