El río Paraná registraba este viernes una altura de 20 centímetros frente a la capital de Entre Ríos, 12 menos que la semana pasada y 2,10 metros por debajo del límite de aguas bajas (2,30 metros), al igual que en otras ciudades del este entrerriano como La Paz, Diamante y Victoria.
La tendencia climática “sigue siendo desfavorable” hasta al menos el 31 de enero del 2021, aseguró el Instituto Nacional del Agua (INA), que destacó que los pronósticos “no permiten esperar una recuperación franca” en los próximos tres meses.
En ese sentido, el organismo sostuvo que “no se esperan eventos que puedan aliviar sensiblemente la situación de escasez y bajante” de la región.
El INA remarcó las conversaciones formales con los países vecinos, que buscan elevar los caudales provenientes de las altas cuencas, que dependerán “fuertemente de las lluvias sobre las áreas de respuesta hidrológica más rápida”.
UNA BAJANTE CON DIFICULTADES
Si bien a fines de agosto pasado tuvo un muy leve repunte, el río Paraná continúa desde febrero con niveles muy por debajo del de aguas bajas y cerca de la altura de menor caudal, que fue de cero metros detectados en 1970 en la capital entrerriana.
A raíz de la bajante, embarcaciones quedaron encalladas en barro seco, salieron a la luz numerosos bancos de arena, anclas antiguas y los municipios debieron trabajar para mantener el servicio de agua potable en diferentes localidades de Entre Ríos.
También se mantiene sobre la superficie la manta protectora del túnel subfluvial que une las capitales de Entre Ríos y Santa Fe.
Télam