Un grupo de investigadores del Instituto de Física Rosario (IFIR), encabezado por Rubén Piacentini, está desarrollando un proyecto que permite anticipar tormentas intensas en Rosario y la zona. En algunos meses, el equipo se instalaría en la estación meteorológica del Aeropuerto Internacional de Fisherton.
Desde hace años, el grupo de trabajo ha dedicado gran parte de su labor a estudiar de qué manera predecir, en un breve tiempo, temporales de las características que Rosario y la región viene padeciendo, y de esta manera tomar una serie de precauciones para disminuir los riesgos.
Este sistema puede registrar la llegada de tormentas intensas, conocidas como Cumulus Nimbus. “El equipo que estamos desarrollando toma una nube muy fácil de detectar ya que tiene una gran superficie, a una distancia de 100 a 200 kilómetros. Luego, esa información se procesa y a medida que va avanzando, se puede predecir en qué dirección se dirige”, explicó Piacentini.
El detector de nubes se encuentra aún en su etapa experimental. Uno de ellos está instalado en el Observatorio del Planetario Municipal y en tres o cuatro meses se implementaría en la Estación Meteorológica del Aeropuerto Internacional de Fisherton. “Todo dependerá del presupuesto que destine el Municipio para este proyecto que aportaría datos muy importantes a Defensa Civil, a fin de predecir cuanto antes las tormentas y tener un seguimiento individualizado”, expresó el físico.
El equipo puede registrar una tormenta con 30 minutos o una hora de anticipación. El radar otorga una información muy precisa de donde está la nube y de su tipo, si es de granizo, de lluvia intensa, o de gotas muy pequeñas. “Algunas tormentas aparecen de repente y se forman en 15 o 30 minutos. Por ello es tan importante tener este tipo de sistemas de detección, para que la gente del servicio meteorológico pueda hacer el alerta y el pronóstico final”, manifestó.
En 2006, el grupo de investigadores detectó la nube de granizo que cayó en noviembre de ese año y que produjo serios destrozos en toda la ciudad. Piacentini relató que se venía siguiendo el recorrido de la nube pero como disponían de datos de Internet, cuando se cayó el sistema se interrumpió el seguimiento y no llegaron a comunicar el evento.
Estos equipos se complementan con detectores de relámpagos, que se estarían implementando en Rosario en pocos meses. Son sistemas que tienen un alcance de hasta 300 kilómetros y logran registrar el lugar donde se producirán las descargas eléctricas, lo que posibilita dar distintos niveles de alarma y desalojar el área.
Según señaló Piacentini, el sistema en sí no tiene un gran costo, pero requiere de una red de equipos que se deberían instalar en distintas localidades que se encuentran a 50 o 100 kilómetros de Rosario y que tenga comunicación con el radar instalado en Pergamino que pertenece al INTA.
“El detector de nubes es algo que ya existe, pero vale alrededor de 15 mil dólares. El que nosotros estamos desarrollando tiene un costo menor y es una versión más compleja”. En cuanto al detector de relámpagos, los investigadores esperan contar entre marzo y mayo con los fondos suficientes para poder importarlo.
El investigador remarcó la importancia que tiene la previsión de estos fenómenos meteorológicos, a fin de evitar víctimas fatales, daños y los desastres que ocurren durante un fuerte temporal. “Estamos recomendando que la gente lleve en el auto una frazada o un protector contra granizo, que no se dejen elementos sueltos en las obras en construcción, no permanecer en lugares abiertos o descampados ante la proximidad de la tormenta y estar atento ante la proximidad de cables caídos”, remarcó.