Rosario ya puede ser considerada una de las urbes ciclo-inclusivas de América Latina, de acuerdo a los parámetros que establece un informe publicado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
La guía, denominada “A Todo Pedal”, propone una serie de ítems para que las ciudades latinoamericanas avancen en la construcción de poblaciones que incluyan a las bicicletas como medio de transporte.
De acuerdo a ese informe, los criterios de calidad para ciudades ciclo-inclusivas requieren promocionar la movilidad sustentable y generar una cultura del ciclismo como medio de transporte, algo que en Rosario se comenzó a consolidar hace poco más de dos años. Otro de los puntos es contar un diseño de infraestructura adecuado, que permita conectar distintos puntos de la ciudad y vincular el centro con los barrios.
En Rosario, el 40 por ciento de la población vive a menos de 500 metros de una ciclovía y la estadística crecerá cuando se ejecuten los nuevos 21 kilómetros de carriles para ciclistas que anunció el ejecutivo en los últimos días.
Dentro de las acciones que se llevan adelante en la ciudad para favorecer la movilidad sustentable, se encuentran la red de 120 kilómetros de ciclovías que atraviesan todo el entramado urbano y el programa de bicicletas públicas “Mi Bici, Tu Bici”, que cuenta con 18 estaciones repartidas por todo el centro de la ciudad y proyecta sumar otras 32 en un plazo que se extiende hasta 2018.
Además de Rosario, otras ciudades latinoamericanas consideradas ciclo-inclusivas son Buenos Aires, Río de Janeiro y Bogotá. A nivel mundial, las cinco ciudades más amigables con los ciclistas son las holandesas Amsterdam, Utrech y Eindhoven; Copenhague en Dinamarca y Estrasburgo,
en Francia.