El logro de Samsung en el mercado móvil es innegable. Es la fabricante de teléfonos número uno del mundo, y en smartphones vende más que la segunda, tercera y cuarta juntas, y esto es gracias a una oferta variada e innovadora a nivel global.
A pesar de las muchas innovaciones que ha presentado Samsung y de su capacidad para diversificar su oferta, hay un punto de crítica que es recurrente, y es en relación a su diseño.
Mientras compañías como Apple o HTC apuntan al aluminio que los hace ver más premium, Sony consigue elegancia para su línea más alta de Xperia y Nokia (ahora Microsoft) emplea el policarbonato y el aluminio para obtener productos atractivos.
Samsung necesita un cambio en su diseño, no necesariamente para su línea completa de productos, pero al menos en los más premium, que cuentan con componentes de primera calidad en su interior, pero quizás no tanto en su exterior.
Es por eso que la salida de Chang Dong-hoon –quien fuera el jefe de diseño de móviles- es una noticia que ha sido bien recibida por los seguidores de Samsung, esperando que Lee Min-hyouk, ahora al frente, realice los cambios en este aspecto, quizás el único punto débil de la surcoreana.
De todas formas Chang Dong-hoon seguirá en la empresa, pero sin el liderazgo en diseño que tenían hasta el momento.
Con esta reorganización, no sería extraño que veamos cambios sustanciales en diseño en las próximas generaciones de las exitosas líneas Galaxy S o Galaxy Note.