La morosidad de los clientes privados se duplicó en el sistema financiero no bancario según los datos conocidos a enero último, de acuerdo con un informe privado. Subió del 1,8% al 3,3%, de acuerdo con el relevamiento realizado por la consultora PwC.
El mayor impacto lo provocaron el aumento de las tasas de interés, la caída en el nivel de la actividad y en el empleo y la pérdida del poder adquisitivo, en los últimos meses.
La consultora verificó un incremento en la morosidad por préstamos personales y de tarjetas de crédito, en las familias y líneas de crédito otorgadas a empresas, en una tendencia que se profundizó a partir de septiembre último.
El mayor nivel de morosidad lo muestran las entidades financieras (no bancarias) volcadas al consumo, que en general prestan a tasas altas. El reporte indicó que si bien la cartera que presenta mayor morosidad es la del consumo familiar, en el último trimestre del 2018 se observó un empeoramiento en el segmento empresas, justamente en un escenario donde la economía cayó 2,6% (menor demanda), con una fuerte devaluación (que generó un aumento de costos sin su consecuente traspaso pleno a precios), y tasas de interés reales muy altas.
Son los bancos privados los que muestran mayor tasa de morosidad y dentro de ellos los de capitales extranjeros.
La morosidad podría continuar en aumento si persisten las altas tasas de interés -algo que continuará mientras la inflación no ceda- y la actividad económica no detenga su caída, especialmente en el segmento consumo-familia, indicó el reporte.