El Mercado Común del Sur (MERCOSUR) es un acuerdo comercial entre Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay. Prevé la libre circulación de bienes, servicios y personas, es decir, que no haya aranceles ni barreras burocráticas para el comercio exterior entre los países miembros y la negociación conjunta de acuerdos comerciales con el resto del mundo. Se firmó el 31 de diciembre de 1994 o sea que cumplirá dentro de poco 30 años. Su presidencia es rotativa cada 6 meses. El actual presidente del MERCOSUR es Luis Lacalle Pou, presidente de Uruguay, y en la próxima rotación le toca el turno al presidente de la Argentina.
El presidente Milei viene haciendo manifestaciones públicas muy críticas al MERCOSUR, incluyendo la alternativa de abandonar el acuerdo. Seguramente en esto inciden diferencias políticas con los socios –el nuevo presidente de Uruguay pertenece al Frente Amplio un partido de centro izquierda que se une al presidente Lula de Brasil del Partido de los Trabajadores– y una visión más general que plantea enfáticamente el libre comercio con todos los países sin tener que acordar estrategias con otros socios del acuerdo.
La pregunta que cabe hacerse es cuán relevante es el MERCOSUR para la Argentina. Según el Ministerio de Economía, las exportaciones argentinas hacia el resto de los países que integran el MERCOSUR muestran el siguiente comportamiento:
- Entre 1995 y 2004 representaban el 29% del total de las exportaciones argentinas.
- Entre 2005 y 2014 las ventas al resto de los socios del MERCOSUR explican el 26% del total de exportaciones.
- Entre 2015 y 2024 representan el 20% de las exportaciones argentinas
Estos datos muestran que en los 30 años de existencia del MERCOSUR las exportaciones argentinas hacia los países de la zona común muestran un franco declive en su participación.Así se llega a que apenas 1 de cada 5 dólares exportados tenga como destino alguno de los socios del acuerdo.Se trata de un hecho muy sugerente respecto al mal funcionamiento del acuerdo, ya que mientras las exportaciones dentro del MERCOSUR son –en teoría– libre de aranceles y trabas, las ventas a otros países pagan aranceles y sufren barreras de entrada.
En su concepción original, el MERCOSUR fue concebido como un instrumento para desmantelar las barreras proteccionistas de los países que lo formaron. La estrategia era no solo eliminar barreras entre los socios sino, lo más importante, utilizar el acuerdo para integrarse conjuntamente al mundo. En la práctica, sucedió lo contrario. Fue usado para potenciar el proteccionismo. El punto de partida fue, como regla general, arancel cero entre los países miembros y un arancel variable –con un promedio de 14%–para los países extrazona, es decir, un nivel bastante alto de protección respecto al resto del mundo. Luego, debido a la falta de coordinación de las políticas macroeconómicas con mucha frecuencia se aplicaron y se siguen aplicando barreras para arancelarias entre los países miembros a fin de protegerse de los vaivenes macroeconómicos. La alta inestabilidad macroeconómica terminó legitimando el proteccionismo incluso entre los socios.
El camino más conducente es volver al espíritu inicial que motivó el MERCOSUR. Esto implica usarlo como una herramienta de integración al mundo. El punto de partida es garantizar la estabilidad macroeconómica de la región. A esto hay que sumarle la armonización de otras políticas, por ejemplo, las tributarias y laborales. En este sentido, Brasil ya avanzó en una reforma laboral que tiene como eje priorizar los acuerdos individuales y a nivel de empresa por sobre los acuerdos colectivos y en la reforma tributaria está unificando el IVA federal con los impuestos a las ventas estaduales (provinciales para Argentina) y municipales. Argentina debería seguir los mismos pasos de Brasil para potenciar el MERCOSUR a fin de volver a aprovechar las oportunidades de un mercado común con los países vecinos.
Con Donald Trump como presidente de Estados Unidos seguramente emerja un entorno más hostil al comercio internacional. Esto no implica que el comercio exterior deje de ser fuente de crecimiento económico y desarrollo social. Frente a este nuevo escenario, el MERCOSUR es la herramienta para restablecer un comercio activo y vibrante entre sus socios y, lo más importante, abordar en conjunto la integración con el resto del mundo.
Fuente: IDESA.org