El exponencial aumento de los subsidios a la energía acelera la desestabilización fiscal. El incoherente mecanismo de segmentación de tarifas que dispuso el gobierno no resolverá el problema. Esta es otra evidencia de que para aplicar políticas públicas progresistas se necesita un Estado ordenado y profesionalizado.
Las cuentas públicas tienen una dinámica explosiva. El Ministerio de Economía las maquilla con la deuda que coloca sobre la par en el concepto “Otras rentas de la propiedad” pero la situación es cada vez más complicada. Hasta agosto, la cosecha y Ucrania meten dólares, lo que ayuda a la estabilidad cambiaria. El tema vendrá después.
El tema de los subsidios económicos no se agota en su costo fiscal y en el impacto sobre los presupuestos familiares. También son muy importantes los malos incentivos que generan, promoviendo el derroche en el consumo y las ineficiencias y falta de inversión en las empresas que reciben los subsidios.
El precio del petróleo ya está en un nivel que es el más alto de los últimos 30 años. Si se mantiene o sigue aumentado indefectiblemente afectará el precio de la nafta. El precio del gas, en cambio, está en niveles bajos. Si bien puede subir mucho, no será una situación inédita. En la Argentina tendrá impacto en los subsidios
En el acuerdo se fijan metas de déficit y emisión monetaria expresadas en pesos nominales. A la vez, se presentan políticas que hacen improbable llervarlas a cabo. El Directorio del FMI tendrá que dar los “perdones” para que el acuerdo no se caiga.