El Gasoducto Néstor Kirchner es motivo de polémicas tanto por los enormes costos que provocan las demoras en su construcción como por el conflicto político que genera. Pero lo más importante es que delata el profundo y estructural déficit de gestión del Estado. Esto no se resuelve con ajuste fiscal, sino con ordenamiento.
El ministro de Economía adelantó que se presentarán cambios normativos para impulsar la llegada de capitales de firmas de todo el mundo en energía, en particular para la explotación de gas y petróleo.
El Presidente reivindicó el rol de la petrolera YPF en conducir el desarrollo energético local, al cumplirse en junio 100 años de su creación; así como la decisión de devolver el control estatal a la compañía, una decisión adoptada por el gobierno de la ex presidenta Cristina Kirchner.
Lo aseguraron la portavoz presidencial Cerruti y el secretario de Energía, Martínez. El rol de Vaca Muerta, determinante.
Esta obra de infraestructura troncal es clave para revertir el déficit energético que tiene el país.
La obra servirá para conectar la zona de producción de hidrocarburos no convencionales con Santa Fe y otras provincias.
Es la mayor productora privada de hidrocarburos del país y según un informe de filial local de Fitch la empresa buscará esta expansión.
Denominado Néstor Kirchner permitirá potenciar la capacidad exportadora de gas a países vecinos y generar un mayor ahorro fiscal y de divisas anuales.
Así lo dijo Daniel Scioli al referirse al gasoducto entre Vaca Muerta y Brasil que podría concretarse hacia fines de 2023.
El Instituto Argentino de Energía brindó datos específicos del incremento de ambas producciones.
“Tenemos el objetivo de poder perforar 167 pozos en 2021 y producir cerca de 20 millones de barriles”, manifestó el vicepresidente de Upstream de YPF, Pablo Iuliano.