A un mes del terremoto y el posterior tsunami que afectó a la central nuclear de Fukushima, continúan los esfuerzos en Japón para restaurar el funcionamiento de la planta y contener los efectos de la radiación liberada en la zona.
Este lunes por la tarde (hora local) se registró un nuevo sismo de 6,6 grados en la escala Richter, a diez kilómetros de la costa nordeste de la isla. El fenómeno provocó una demora en los trabajos de reparación de la central de Fukushima, aunque la agencia de seguridad del gobierno nipón dijo que no resultaron afectados los reactores en los cuales están interviniendo.
Desde el terremoto y la inundación que afectó a la planta el pasado 11 de marzo, la administradora Tokyo Electric Power Company (TEPCO) se encuentra abocada a recuperar los sistemas de refrigeración. El inconveniente principal sigue siendo disponer del agua altamente contaminada que ocupa túneles subterráneos y las estructuras de las turbinas de los reactores 1, 2 y 3.
TEPCO informó que existen 60 mil toneladas de agua con material radioactivo, de las cuales unas 9.000 con bajo nivel de concentración han sido arrojadas al océano desde el pasado lunes 4 de abril.
Mientras tanto, la imposibilidad de detener definitivamente la fuga de radiación en el área de Fukushima ha llevado a las autoridades a ampliar el rango de la zona a evacuar, estipulado originalmente en 20 kilómetros.
El portavoz del gobierno, Yukio Edano, dijo que lo ideal sería relocalizar a los habitantes ubicados en un radio de 40 kilómetros durante el próximo mes y continuar monitoreando los niveles de radiación durante el próximo año.
Imagen cortesía: Wikimedia Commons