El símbolo del olimpismo se parecerá a los cerezos que florecen en Japón cada marzo como símbolo de la reconstrucción, mostrando al mundo la recuperación de la región devastada por tsunamis y accidentes nucleares.
Los organizadores de los Juegos Olímpicos de Tokio-2020 presentaron el modelo de una antorcha con forma de sakura, el nombre que reciben los cerezos que florecen en Japón en marzo, momento en el que dentro de un año el fuego olímpico llegará al país asiático para recorrer el archipiélago.
La antorcha tiene una longitud de 71 cm y pesa 1,2 kg, es de color rosado y está compuesta principalmente de aluminio, una parte del cual procede de “residuos de la construcción de las viviendas temporales para los siniestrados” por el terrible sismo que afectó al nordeste del país en marzo de 2011, según un comunicado.
“Los cerezos en flor diseñados por los niños de la región afectada me inspiraron”, aseguró a la prensa Tokujin Yoshioka, autor de trabajos internacionalmente reconocidos y que ha sido el autor del diseño de la antorcha.
La llama olímpica llegará a Japón, procedente de Grecia, dentro de un año justamente. La salida oficial está prevista para el 26 de marzo en Fukushima, situada a unos 240km de Tokio, para un periplo de 121 días. Primero se dirigirá al sur de la isla subtropical de Okinawa, punto de partida del viaje en los Juegos de Tokio-1964, antes de llegar a la capital nipona el 10 de julio.
Los Juegos de Tokio se celebrarán del 24 de julio al 9 de agosto de 2020, seguidos de los Juegos Paralímpicos. El gobierno quiere hacer de este acontecimiento deportivo planetario el símbolo de la reconstrucción, mostrando al mundo la recuperación de la región devastada por un tsunami mortífero (más de 18.500 fallecidos) y el accidente nuclear de Fukushima.