Ante la falta de acuerdo paritario, uno de los gremios marítimos planteó la posibilidad de un paro total.
El sector de la construcción podría tener desabastecimiento de arena debido a un reclamo sindical, tal como ocurrió a fines de 2020. Aquella vez el conflicto se extendió por semanas, y provocó la falta del material en los corralones que terminó afectando a las obras.
Si bien no necesariamente la situación alcanzará la misma escala, el antecedente no ayuda, sobre todo porque los actores involucrados son los mismos y el pedido no es menor. Concretamente, el Sindicato de Conductores Navales (Siconara) exigió un incremento salarial del 65% a pagar en dos veces, algo que por el momento está lejos de ser aceptado.
Las reuniones con la Cámara de Arena, Piedra y Navegación Fluvial del Litoral (Capnaf) se vienen sucediendo desde hace un tiempo y las posturas no se acercan. En el último encuentro, que tuvo lugar este miércoles en la sede local del Ministerio de Trabajo nacional, se planteó una mejor oferta de parte de la patronal, pero que fue rechazada.
Mientras las negociaciones se dilatan, el gremio endureció su reclamo. “Todavía están lejos de nuestras expectativas y de no llegar a un acuerdo en la próxima audiencia, nos declararemos en libertad de acción”, advirtió tras la reunión Luis Roberto Filleaudeau, secretario general de la seccional Rosario del sindicato de Conductores Navales.
“Si eso ocurre, no dudaremos en poner a todos nuestros afiliados marítimos en estado de alerta y movilización que podría terminar en un cese total de actividades por tiempo indeterminado, afectando el normal abastecimiento de la arena en Rosario y el Litoral”, remarcó. Cabe destacar que la jurisdicción en la que tiene injerencia el gremio va desde Baradero en Buenos Aires hasta Puerto Iguazú en Misiones, incluyendo Rosario en el medio.
Este escenario de conflicto llega en momentos en los que la construcción se ve afectada por la fuerte suba de precios de insumos como el ladrillo, hierro y cerámico, producida a partir de la disparada inflacionaria, cierta actitud especulativa de algunas industrias y la incertidumbre por el normal abastecimiento de gas, algo que también amenaza la provisión de cemento. Volviendo al antecedente de 2020, el conflicto se zanjó cuando luego de la intervención nacional, se otorgó un importante incremento salarial que terminó repercutiendo en el valor de la arena.
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