Un pasaje de la ciudad de Rosario lleva desde este domingo el nombre de Antonella Trivisonno, una niña de 6 años que murió en un siniestro vial en 1999 y se convirtió en emblema de la donación de órganos.
“Me la imagino como una calle con vida, como fue Antonella, en la que exploten la luz y los colores”, dijo a Télam la madre de la niña, Silvia Trivisonno.
Durante un acto el Pasaje 720 de Rosario, ubicado en la zona de Puerto Norte, llevará el nombre de Antonella como emblema de la donación de órganos.
La propuesta surgió de dos historiadoras locales que a través de un estudio determinaron que “sólo el 20% de las calles de la ciudad llevan nombre de mujeres”, explicó Silvia.
El pasaje está ubicado a pocas cuadras de la Plaza de la Donación de Rosario, que ocupa una parte del parque Scalabrini Ortiz, y cerca de la escuela “Boneo”, a la que asistía Antonella a los 6 años, cuando falleció en un siniestro vial.
“Nos gustaría que el 29 de agosto (Día de la Donación de Órganos) los chicos puedan hacer algún trabajo y decorar la calle. Me la imagino como una calle con vida, como fue Antonella, en la que exploten la luz y los colores”, contó Silvia.
La mujer aseguró que le hizo un planteo al municipio para ver si se pueden plantar “árboles que florezcan, poner algo que decore y que largue perfume, para transitar la vida desde un lugar donde todavía nos asombre el color, los aromas, el aire libre, que es lo que simbolizan los chicos”.
La mujer recordó que Antonella, su cuarta hija, “era la que sostenía de alguna manera al resto, pero no sólo desde lo que ella quería sino desde lo que al otro del gustaba, y eso es donación”.
“Si necesito un corazón, no me sirve que me dones un riñón, aunque tengas dos”, puntualizó, para agregar que “la donación sea lo que el otro necesita y no lo que a mí me sobra”.
Trivisonno dijo que la inauguración de calle con el nombre de Antonella “para nosotros como familia es saber que va a quedar tangible, palpable en la historia de la ciudad”.
“Es un regalo no solo para nosotros sino para todos lo que quieren pararse en el lugar de Antonella, de mirar la vida desde otro lado”, abundó.
También sostuvo que “nosotros decimos que la donación no tiene que ver solo con órganos, sangre y tejido, sino con que lo mejor de mí viva en vos. Todos tenemos la posibilidad de dar vida y de ser salvados”.
En relación a la ley de donantes, que establece que todas las personas lo son salvo que manifiesten expresamente lo contrario, Silvia señaló que implica “no sólo ejercer el derecho de elegir lo que queremos hacer con nuestros órganos, sino que le permite a los que quedan transitar esto de que cumplieron la voluntad (de la persona fallecida), que no quedó nada por hacer que yo hubiera querido hacer”.
Fuente: Télam