Se realizó la primera carrera urbana con un recorrido cultural e histórico de la Universidad Nacional de Rosario. Más de 400 participantes fueron transitando por diversos edificios históricos de la institución y la ciudad.
En cada una de estas paradas hubo música en vivo e intervenciones culturales, lo que le dio un toque único y característico a esta actividad. A su vez, los corredores pudieron ingresar a los edificios para hacer un recorrido al interior de cada uno, para luego retomar la carrera. Hubo 40 profesores de Educación Física involucrados en la actividad, los cuales fueron clave en la organización de la carrera.
El evento contó con dos distancias diferentes para los participantes
La primera, comprendió una distancia de 1,5 km y se la podía realizar caminando, comenzando en el Espacio Cultural Universitario (ECU) y finalizando en la Facultad de Derecho, pasando previamente por la Facultad de Humanidades y Artes y el edificio de Rectorado.
Esta instancia, que tuvo 200 participantes, estuvo acompañada por 15 estudiantes de la carrera de Turismo que fueron explicando y poniendo en relevancia diferentes puntos históricos de la ciudad.
La segunda, constó de un recorrido de 7,5 km que largó con 200 corredores desde la Facultad de Ciencias Económicas y Estadística, un histórico edificio construido a principios del siglo XX con el fin de albergar las primeras cohortes de la Escuela Superior de Comercio y cursos de la Carrera de Contador Público.
Los corredores transitaron por Oroño hacia el río y luego recorrieron la costa pasando por el edificio de la Aduana, uno de los edificios de mayor importancia de Rosario en cuanto a antigüedad, tamaño y belleza. El conjunto que forman la Antigua Aduana y la Fuente de las Utopías es uno de los mayores exponentes de la riqueza urbanística de la ciudad.
El trayecto continuó por el Monumento Nacional a la Bandera, la obra más emblemática y distintiva de Rosario. Este se alza en el sitio donde el General Manuel Belgrano izó por primera vez la bandera nacional, el 27 de febrero de 1812 y representa en su conjunto la nave de la patria surcando las aguas de la eternidad hacia su futuro de grandeza.
El recorrido siguió por calle Córdoba hacia el ECU en San Martín 750, edificio que cuenta casi con 100 años de antigüedad y que fue cedido por el Banco de la Nación Argentina.
Es popularmente conocido como “La Catedral” o “La Capilla”, por su semejanza con las iglesias católicas tradicionales. En la actualidad, su majestuosa arquitectura es sede de la realización de conferencias, jornadas, eventos musicales y exposiciones de las más contemporáneas formas del arte, renovando el corazón mismo del centro histórico de la ciudad. Aquí hubo un show musical a cargo de distintos músicos estudiantes, graduados y docentes de la Universidad.
La siguiente parada fue la Facultad de Humanidades y Artes, la cual funciona en el histórico edificio que se encuentra en Entre Ríos 758.
Este se levantó en 1903, siendo parte del proyecto de un arquitecto escocés y que formó parte del Colegio de la Santa Unión de los Sagrados Corazones. En el año 1951 el edificio pasó a la Universidad Nacional del Litoral, que luego pasó a ser la Universidad Nacional de Rosario. Cabe recordar que hace un poco más de un mes se inauguró la remodelación de la fachada del mismo, la cual recupera todo el esplendor de la original y que se constituye como un espacio de relevancia arquitectónica para la ciudad.
El próximo punto para los corredores fue el edificio de Rectorado, que se encuentra en Córdoba 1814.
Esta construcción fue proyectada originalmente como residencia familiar de Luis Pinasco en 1929, quienes luego le cedieron el edificio a la Universidad para el establecimiento de sus autoridades. Es la única obra realizada en la ciudad por el reconocido artista plástico y arquitecto de origen noruego Alejandro Christophersen, considerado una figura central para la arquitectura ecléctica en el país.
La llegada tuvo lugar en la Facultad de Derecho, ubicada en Córdoba 2020.
El edificio fue proyectado y construido por el arquitecto. inglés Herbert Boyd Walker en 1892, bajo iniciativa de Juan Canals, y conforma un ejemplo singular de la corriente ecléctica de fin de siglo. Allí, hubo un DJ en vivo que recibió a los participantes y un varios escenarios montados para que los mismos pudieran sacarse fotos y llevarse un recordatorio de esta singular, única y diferente experiencia que propuso la UNR en el marco de su plan de revalorización de los espacios históricos de la institución y de la ciudad.
Andrés Canapa, graduado y reconocido periodista de la ciudad, resaltó lo novedoso de la carrera y precisó que “fue una gran oportunidad para recorrer espacios icónicos de nuestra Universidad Pública por dentro y además hacer ejercicio”.
“La verdad que la carrera estuvo buenísima, que haya eventos culturales en cada uno de los puntos estuvo muy interesante y le dieron algo distinto a esta carrera”, señaló Bianca, docente de la Facultad de Ciencias Exactas, una de las tantas participantes que se animaron a la nueva modalidad.
Seph, estudiante de segundo año de la Facultad de Medicina, se mostró sorprendida por la propuesta y aconsejó a los que no se sumaron en esta oportunidad que “se animen porque hacer actividad física es muy bueno para la salud, más cuando lo haces de manera divertida como lo que planificó la UNR hoy”.
Fuente: UNR
Imágenes: Gentileza UNR