Veinticuatro horas después de la incorporación de la Argentina a la Iniciativa de la Franja y la Ruta, el embajador en China, Sabino Vaca Narvaja, destacó la importancia de la cumbre entre Alberto Fernández y Xi Jinping y calificó de “contundente“ el respaldo de Beijing a la postura argentina ante el Fondo Monetario Internacional (FMI).
“Tenemos una visión de multilateralidad y no creemos en los alineamientos, es una postura que siempre expresó la tercera posición del peronismo“, recordó el diplomático en respuesta a quienes observaron con recelo la gira presidencial.
“En tres o cuatro años, China desplazará a Brasil y será el primer socio comercial de la Argentina“, afirmó Vaca Narvaja en una entrevista con Télam, realizada en forma virtual.
– Argentina ingresó a la Nueva Ruta de la Seda, se obtuvo financiamiento por más de 23.700 millones dólares y se firmaron 13 convenios de cooperación. A partir de estos anuncios, ¿qué título elegiría para definir el viaje de Alberto Fernández a China?
-Sabino Vaca Narvaja: Fue una visita de alto impacto en términos de volumen de agenda, que no es habitual en una visita tan relámpago. No fue una visita de Estado, sino que se realizó en el marco de la inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno. Fue una burbuja especial, pero terminamos armando una bilateral que estaba pautada para veinte minutos y terminó siendo de una hora. Alberto Fernández fue con el que más estuvo reunido, de los once mandatarios que estuvieron en China por los juegos olímpicos.
Se pudieron concretar varios temas pendientes, que se venían trabajando desde el último gobierno de Cristina (Fernández de Kirchner). En este punto veo que se cristalizó la continuidad de un proyecto político y pongo el ejemplo que, en 2004, cuando Néstor Kirchner firmó acuerdos con Hu Jintao, el jefe de gabinete de aquel gobierno era Alberto Fernández. Reitero, es la continuidad de un proyecto político que arrancó con Néstor, que fue consolidado por Cristina en 2014, cuando firmó con Xi Jinping la asociación estratégica integral, y se cristaliza hoy con Alberto Fernández y la incorporación a la Ruta de la Seda. Como si fuera una triada de continuidad histórica y profundización de las relaciones.
– ¿Cuáles son los principales beneficios que obtiene la Argentina con esta incorporación a la Iniciativa de la Franja y la Ruta? ¿En cuánto tiempo cree que se podrían concretar?
-SVC: La Franja y la Ruta es un proyecto de infraestructura global, que arranca como un proyecto euroasiático y se complementa con una estrategia de China de llevar su desarrollo al oeste. En 2013, el presidente Xi Jinping arranca con un programa que resignifica la Ruta de la Seda y que tiene un componente político importante. En 2015 se amplía a África y Oceanía, y en 2017 crece a lo que China llama la Ruta Marítima de la Ruta de la Seda, es decir, al Pacífico. Ahí se transforma en un proyecto de infraestructura global más ambicioso, que tiene que ver con que China atraviesa una fase de fuerte desarrollo industrial y manufacturero.
Ahora, ¿cómo puede beneficiar a países como Argentina? Con China tenemos economías muy complementarias, no somos competitivos, entonces todo lo que sea mejorar la infraestructura no solo nos sirve en términos de desarrollo local, sino también para mejorar nuestra conexión con China en términos exportadores, de turismo y de diversas ramas que tienen que ver con la conectividad. La ventaja de Argentina es que estaría accediendo a financiamientos de obras de infraestructura de manera más flexible y económica, a la que accedería de otra forma. Me parece que hay que sacarse el sesgo ideológico y ser pragmáticos. Hay un informe del Banco Mundial sobre los países que se incorporaron a la Ruta de la Seda, que explica cómo multiplicaron por cinco y seis veces su comercio con China. Es decir, el comercio explota exponencialmente. No se trata solo de financiamiento e infraestructura.
– ¿Cree que este acuerdo puede ser un primer paso para que en el mediano plazo China pueda convertirse en el principal socio comercial de la Argentina, desplazando a Brasil?
-SVC: Sí, te diría en tres o cuatro años China va a desplazar a Brasil y se convertirá en el principal socio comercial de la Argentina. Me arriesgo a ponerle un límite temporal al estilo chino. China el año pasado dijo que iba a crecer al 6 por ciento y finalmente lo hizo al 8. Quiero poner la atención en que tanto Chile como Uruguay y Perú son socios de China por sus minerales. Si buscamos un esquema inteligente para la Argentina, tenemos un virtual triángulo del litio junto a Chile y Bolivia. Pero resulta que tenemos el doble de litio que Chile y mejor calidad que Bolivia. Entonces si somos inteligentes y trabajamos en una cadena de industrializar ese mineral, no solo vamos a ganar en la exportación del mineral, sino que tenemos chances de convertirnos en un vector del futuro. Podemos reconvertir nuestra industria automotriz, instalando fábricas de baterías y de autos eléctricos. Esto es muy importante porque China se ha puesto metas concretas para 2030 y 2060, con respecto a la reducción de la emisión de carbono. Y con las energías renovables, la Argentina tiene una potencialidad ilimitada.
– ¿Imaginar que China puede ser la salvación económica de la Argentina es un disparate?
-SVC: La salvación de la Argentina tiene que ver con los argentinos. No nos va a salvar la relación con China ni con ningún país. Tenemos que pensar hacia adentro, de qué manera aprovechar las chances que tenemos en un mundo en el que aparecen otras potencias con economías complementarias a las nuestras. Y en eso tenemos una ventaja con China. Porque otros programas de infraestructura solían imponer condiciones, eran más asimétricos, pero en el caso de la Ruta de la Seda es posible discutir con la contraparte casi en una situación de igualdad. Argentina lo hizo con China. La pelota está en la Argentina, está en el lugar donde podamos poner nuestros vectores de desarrollo.
Télam (Por Fernando Capotondo)