Vecinos del barrio Coronel Dorrego aprenden a realizar *baldosas hidráulicas*

Las baldosas serán incorporadas a las obras que lleva adelante la Municipalidad de Santa Fe en el marco del Plan Urbano Integral (PUI)

En 2011, Inés Martino y Fabricio Caiazza iniciaron en Rosario una investigación acerca del proceso de fabricación de baldosas hidráulicas -también conocidas como calcáreas- con el fin de aprender ese oficio que se encuentra en el cruce entre lo artesanal y lo industrial. Así, comenzaron por entrevistar a maestros baldoseros que recibieron ese saber de sus abuelos inmigrantes y que hoy continúan utilizando ese modo de fabricación en talleres familiares.

Su objetivo era adaptar esos procesos semi-industriales para aplicarlos valiéndose de materiales y procedimientos más contemporáneos, con el fin de transmitirlos luego a otros artistas, arquitectos, estudiantes y vecinos. Así, concibieron “Proyecto Anda”, definido por ellos mismos como “un modo de reparar la relación que las comunidades establecen con los espacios comunes”; y desde 2012 llevan esta experiencia a diferentes localidades del país.

A fines de agosto, Martino y Caiazza trajeron esa experiencia a la ciudad de Santa Fe y la compartieron con un grupo de diez vecinos del barrio Coronel Dorrego y 15 estudiantes de la Escuela de Diseño y Artes Visuales del Liceo Municipal “Antonio Fuentes del Arco”. La capacitación se desarrolló a partir de un proyecto de la Secretaría de Cultura del Gobierno de la Ciudad, que se enmarca en las obras que el Municipio lleva adelante desde el Programa Urbano Integral (PUI) del Noreste.

Las baldosas hidráulicas son módulos decorativos de cemento pigmentado, que sirven tanto para uso interior como exterior. Los procedimientos de fabricación que perduran hasta hoy se originaron a mediados del siglo XIX, en el sur de Francia y su uso se extendió hacia Bélgica, España, Italia y Portugal, donde alcanzaron su mayor desarrollo. El bajo costo que implicaba entonces su producción y lo vistoso de las figuras plasmadas en color, hicieron que este tipo de baldosas fueran muy utilizadas en la construcción, y todavía se encuentran en patios, veredas e interiores de casas construidas durante la primera mitad del siglo XX.

La técnica consiste básicamente en la utilización de moldes metálicos denominados “trepas”, que son contenidos en un bastidor. En ellos se vuelcan en primer lugar una mezcla de cemento blanco coloreado con ferrite (óxido de metal), que posteriormente se fija a una base de cemento mediante el uso de una prensa hidráulica. El armado de los moldes supone infinidad de posibilidades creativas, y su solidez y resistencia las hace aptas tanto para espacios interiores como exteriores.

La fabricación a partir de las adaptaciones que hicieron los creadores de “Proyecto Anda” permiten realizar las baldosas con muy bajo costo, reemplazando los moldes metálicos por estructuras de PVC (plástico), con materiales que se pueden conseguir en ferreterías y negocios de materiales de construcción. Otra innovación que facilita su elaboración, es el reemplazo de la prensa hidráulica por un proceso de endurecimiento del cemento que se inicia con la inmersión de las baldosas en agua durante 24 horas, para luego dejar que el material termine de consolidarse durante 20 días.