Desde que comenzó la pandemia por coronavirus hasta la actualidad, la ciencia logró aislar e identificar la secuencia genética del virus, generar kits diagnósticos específicos para su detección, desarrollar modelos animales para estudiar los mecanismos de la infección y elaborar posibles vacunas que se probaron en animales antes de probarse con humanos, informó a través de un comunicado la Sociedad Argentina de Inmunología (SAI).
El documento, difundido a través de las redes, buscó de esta manera dar respuesta a “información inexacta y carente de sustento científico” que circuló durante los últimos días en los medios.
Entre las afirmación falsas, la SAI mencionó que se dijo que “el SARS-CoV-2 no pudo ser aislado de muestras respiratorias ni ser cultivado en líneas celulares”. “Esto es incorrecto”, indicó el comunicado y recordó que el SARS-CoV-2 fue aislado y secuenciado en enero de este año y que existen hasta hoy al menos 35.736 aislamientos virales.
En efecto, en abril el instituto Malbrán secuenció las primeras tres cepas en Argentina; y días después le siguieron otras 26 en el Laboratorio de Virología del Hospital de Niños Dr. Ricardo Gutiérrez, que conforma el “Consorcio interinstitucional para la Secuenciación del genoma y estudios genómicos de SARS-CoV2”, desde donde ya se identificaron más de 400 genomas en diferentes laboratorios de todo el país.
El documento también aclaró que “se han desarrollado kits diagnósticos que permiten discriminar si una persona se encuentra infectada con el SARS-CoV-2 de aquellos que se encuentran infectados con otros coronavirus o no están infectados con ninguno de ellos”.
La SAI también recordó que “se han desarrollado modelos animales con los cuales se están estudiando los mecanismos de la infección y de la enfermedad”, que están “aportando evidencia” para comenzar a explicar “las razones por las que algunos individuos experimentan una enfermedad leve mientras que otros progresan a una enfermedad severa”.
Finalmente, el documento recordó que todas las vacunas que se encuentran en ensayos clínicos (con humanos), fueron probadas anteriormente en ratones y primates no humanos y que tanto en éstos como en las primeras fases (I y II) de los ensayos clínicos “han demostrado aceptables niveles de seguridad e inmunogenicidad”, lo que significa que no provocaron efectos secundarios graves y que generaron anticuerpos, muchos de ellos neutralizantes.
Fuente: Télam