Una final histórica que estuvo a la altura de los más grandes jugadores del momento, Novak Djokovic venció a Roger Federer 7/6, 1/6, 7/6, 6/4 y 13/12 y logró su quinto trofeo en Wimbledon. Después de cuatro horas cincuenta y siete minutos se convirtió en la final más larga en la historia del certamen.
Fue un arranque muy parejo, donde ninguno de los dos pudo quebrar el saque del otro y por eso llegaron al tie break, donde el serbio aprovechó el mini break para llevarse el primer ser por 7/6 con una duración de 58 minutos aprovechó, aunque poco le duró la alegría a Djokovic porque Federer quebró dos veces el saque y se llevó casi sin despeinarse el segundo chico 6/1.
El tercer capítulo volvió a la paridad total y nuevamente llegó a tie break donde otra vez, el número uno prevaleció por sobre el suizo para llevárselo 7-4 en la definición para cerrar 7-6 y ponerse dos sets arriba. El número tres del escalafón quebró en el quinto y en el séptimo game del cuarto ser, pero Djokovic logró su primer quiebre del partido para arrimarse pero Federer no le dio chances y con su saque cerró el cuarto 6/4 para llevar la definición al quinto, una final digna de dos monstruos del tenis.
El set definitorio pudo haber terminado antes porque Djokovic quebró en el quinto game pero enseguida recuperó Federer el equilibrio, después de cuatro horas de juego el cansancio comenzó a complicar a los dos, y la tensión que se vivía en el Court Central era muy fuerte, con los hinchas volcados hacia Federer pero reconociendo el espectáculo que les estaban regalando. El suizo tuvo la gran chance de quedarse con el partido cuando estaba 8-7 pero perdió dos match points.
La definición llegó en el tie breck donde nuevamente venció el serbio pero para quedarse con un partido épico. De esta manera logró su décimo sexto Grand Slam, y quedo a dos de Rafael Nadal y a cuatro de Federer. “Nole” festejó comiendo un poco yerba londinenses, el mismo césped que hoy le dio uno de los triunfos más importante de su vida.